Las fiestas patronales de El Burgo de Osma se celebran del 14 al 19 de agosto en honor de la Virgen del Espino y de San Roque desde 1600 con actos de todo tipo: religiosos, verbenas,cucañas, dianas y pasacalles, gigantes y cabezudos, actos culturales, deportivos e infantiles, degustaciones, etc. Mención aparte merecen los celebrados festejos taurinos en los que se dan cita las más aplaudidas figuras del toreo y matan el gusanillo los aficionados locales pertenecientes a las ya tradicionales peñas, sin cuya existencia y concurso no podrían concebirse las fiestas. La plena vivencia de estas fiestas patronales para los que aquí llegan es una experiencia de fácil disfrute por la afabilidad y hospitalidad proverbial de los burgenses.
Desde 1999 el día del fundador de la villa, San Pedro de Osma, es también fiesta local.
El carnaval, que se comenzó a revitalizar a principios de la década de los años 90, cuenta cada vez con más adeptos y participación popular.
En Semana Santa, desde el domingo de Ramos al domingo de Pascua, tienen lugar solemnes oficios litúrgicos,destacando como es natural los de la Catedral, y procesiones que recorren las calles de la población, entre las que descuellan las del Viernes Santo y la del Encuentro, el domingo de Resurrección. No hay que perderse el momento en el que durante la vigilia pascual del Sábado Santo por la noche, al tiempo que se canta el Gloria in excelsis Deo, se procede a la retirada del velo de pasión que durante el triduo sacro oculta el esplendoroso retablo mayor de la Catedral.
Muy arraigada entre los burgenses está la devoción a la Virgen del Carmen. El día 16 de julio es sacada su imagen en procesión con masiva concurrencia de gentes procedentes de toda la comarca. Su festividad puede considerarse el arranque del animado verano burgense. Si el baile de La Rueda es, musicalmente hablando, el elemento identificador de la villa, la canción que de forma más emotiva mana de las gargantas de los burgenses, junto a La torre de mi pueblo, es la conocida como Jota de El Burgo en la que queda plasmada la devoción a la Virgen del Carmen:
Con cariño y con amor
a nuestra villa cantamos,
con cariño y con amor.
Es la jota nuestro canto
que es canto del corazón
que es canto del corazón
y a nuestra villa cantamos.
Circulando por su sangre
los hijos del Burgo llevan
circulando por su sangre
un letrerito que dice:
¡Viva la Virgen del Carmen!
¡Viva la Virgen del Carmen!
Los hijos del Burgo llevan.
Otras fiestas son la Cruz de Mayo y San Isidro Labrador, con la siembra de caramelos que los niños se afanan para cogerlos "a repelea".
Aparte de los señeros hitos monumentales y del trazado y alzado urbano, El Burgo de Osma también destaca por su arquitectura popular.En no pocas calles del núcleo histórico se puede contemplar el modelo de casa popular típico de la villa, que lo es de la vieja Castilla. Básicamente, la casa popular consta de un zócalo de mampostería de variable calidad, muros de ladrillo o de adobe, entramado de madera y cubierta de tejado. Los vanos suelen ser de pequeño tamaño y es muy frecuente el balconaje. El soportal es un elemento característico que permite refugiarse del sol y de la lluvia.
Llamativas son las numerosas bodegas de Osma, que siguen el modelo tipológico de la zona de la Ribera Baja del Duero. Tienen una pequeña entrada y un angosto corredor que lleva a una estancia más amplia donde estaba el lagar, junto a otras dependencias en las que se almacenaba el vino en cubas, tinajas o botas. Algunas todavía conservan la zarcera o chimenea que servía para eliminar los gases de la fermentación. En la actualidad, perdida la función de elaboración vinícola, sirven para acoger las copiosas meriendas que fortalecen el ánimo de las cuadrillas de amigos.
Dentro del ámbito de la tradición musical, la principal aportación que pervive con fuerza todavía en la actualidad es el baile de La Rueda, que ha alcanzado la categoría de elemento identificador y de signo de identidad de El Burgo de Osma. Para bailar la Rueda, los componentes de la pareja se colocan uno junto a otro y una pareja detrás de otra; al son de la música se dan medios giros alternativos sobre los pies, con los brazos en alto, formando una fila por parejas que trazan una circunferencia. El origen de este baile es remotísimo y no falta quien asegura que algo parecido ya bailaban los arévacos en los tiempos de la Uxama celtíbera.
El Burgo de Osma cuenta con varios grupos musicales. La Banda de Música Amigos de El Burgo alegra las calles con sus interpretaciones, deja apreciar su calidad en los conciertos y marca el son al que bailan la Rueda burgenses y visitantes; el Orfeón Hilarión Eslava es protagonista de la parte musical en las solemnidades litúrgicas de la Catedral; y la Coral Federico Olmeda, además de deleitar en sus aplaudidos conciertos, interviene en la parte musical en los cultos de El Carmen.
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